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Austria se erige como eje neurálgico de la construcción moderna internacional

La innovación y desarrollo de nuevos materiales, aplicaciones y sistemas constructivos tiene su centro neurálgico en Austria, un país donde la madera es el material de referencia en edificación. Durante dos días, exportó su ‘know how’ a más de 80 países que se congregaron en la sede de WKÖ en la imperial Viena, para participar en una edición especial de los Green Tech Day meet Future of Building, donde se mostraron innovadoras y disruptivas soluciones en el sector de la construcción.

Un congreso que, además de ofrecer interesantes conferencias internacionales, también dispuso de un espacio expositivo y un área de networking. Todo ello para fomentar la generación de valor y reducir la huella de carbono que a nivel mundial todavía provoca la edificación.

Precisamente, durante la inauguración de este importante evento se puso de manifiesto cómo las actuaciones pasadas y presentes repercutirán en el futuro, así que nos encontramos en un buen momento para revertir sus efectos. No obstante, no es un paradigma que se pueda globalizar porque, como bien apuntó Andrea Kraj, “pese a que la energía solar se está imponiendo en el consumidor, como una de las soluciones más eficientes, no hay que olvidar que en otros países como China no se está actuando en este sentido. Además, 1,3 billones de personas no tendrán acceso a la electricidad en 2025”, declaró poniendo de manifiesto las distintas realidades de un mismo planeta.

No obstante, la arquitectura debe seguir su curso para ponerse al servicio de la demanda, las necesidades actuales y actuar de acuerdo con el marco normativo existente. “Antiguamente ya se construía bajo los paradigmas de confortabilidad, control térmico… Debemos entender la naturaleza y la esencia de la propia construcción para actuar en consecuencia, amparados por la tecnología”, reconocía el aclamado arquitecto Hanna Salameh de Beyond Zero. La apuesta de su estudio por alcanzar los NetZero le permite disponer de un amplio portafolio de edificios singulares y replicables que ha copiado “de la propia construcción vernacula con materiales locales. Son edificios más modernos, pero funcionales para crear comunidades ‘green building’”, añadía Salameh.

Pero no solo en nuevas construcciones, sino que Adrian Staufer, Head of Belimo EMEA reconocía que en edificaciones actuales debían adaptarse a las nuevas prescripciones en materia de eficiencia energética, desde el cambio de iluminación a LED hasta el control del aire y el agua para “optimizar los recursos y actualizar los sistemas”. Pese a que actualmente las aplicaciones más ecológicas implican una inversión mayor al inicio, el ahorro y el menor impacto se da durante su ciclo de vida. 

La recuperación de los artesanos

Los nuevos métodos constructivos deben ir alineados, en términos de sostenibilidad, con la elección de materiales menos nocivos, no solo para el planeta sino para sus habitantes. Existe una importante corriente de soluciones que, como expuso Winona Naomi Reddig de Strabag AG “permite a estos nuevos materiales reemplazar los existentes como el cemento, la grava o el asfalto”. Destacan, por ejemplo, el cáñamo o la paja, cuyas propiedades, principalmente en el aislamiento, da muy buenos resultados y permite su industrialización.

Hacia esta misma dirección apuntó Eduard Artner de Baumit GmbH con su innovadora propuesta en 3D, que permite reducir en un 35% las emisiones de CO2 durante el proceso constructivo, pero también ahorra un 50% en material. “Los objetos en 3D son perfectamente integrables y dan excelentes resultados en las pruebas de resistencia y durabilidad. A su vez, minimiza la necesidad de hormigón y acero en el proceso y permite la creación de edificios modulables”, comentó al respecto.

Sin olvidar la madera, uno de los materiales más usados en Austria en el sector de la edificación. Barbara Mayr de OeAD Student Housing mostró un caso de éxito en combinación con un ‘green roof’ para, no solo garantizar el confort térmico interior, sino como una “auténtica experiencia holística”. En cierto modo, la construcción ha dejado de ser un elemento funcional para ofrecer una visión más resiliente. En el caso de OeAD Student Housing, este tipo de edificaciones no solo contribuyen al medio ambiente, sino que mejoran las condiciones de uso de sus inquilinos, dando entrada a la salud, como factor clave de la construcción.

Sin embargo, este nuevo paradigma constructivo también requiere de nuevas herramientas que contribuyan a ‘ordenar’ todos los nuevos sistemas y elementos que entran en acción en una obra industrializada, así como todos los agentes participantes. El BIM es el software más popularizado como una plataforma transparente y colaborativa desde la fase de diseño, pero también muestra todo el ciclo de vida del edificio. 

¿Qué queremos decir cuando hablamos de sostenibilidad?

Esta es la idea que planteaba Joahanna Mayr-Keber de Mayr-Keber ZT GmbH en su exposición ‘Embracing complexity. An invitacion’ (Abrazando la complejidad. Una invitación). Existen demasiados factores externos que impiden un desarrollo orgánico, demasiados intereses y un único compromiso: la sostenibilidad. Pero ¿la empleamos correctamente? “Desde hace 10.000 años se habla de sostenibilidad, pero no es hasta hace 100 años cuando exponemos la urgente insostenibilidad. Los recursos fósiles están en una situación crítica, sin olvidar los materiales tóxicos y químicos”.

El tiempo corre en nuestra contra y en este escenario surge la dicotomía sostenibilidad versus economía. Los beneficios monetarios están fomentando el ‘Green washing’, pero es importante tomar conciencia porque “debemos volver a conectar con la naturaleza que es sinónimo de vida. Debemos reaprender de ella, como las construcciones que las hormigas hacen bajo tierra que debe ser un concepto inspiracional”, añadió.

En cierta manera, la arquitectura debe reaprender y crear espacios abiertos, cogiendo como inspiración los bosques y los entornos naturales “atendiendo que la vegetación es nuestra aliada con la que tenemos que colaborar con ella”.

En este contexto, la madera cobra especial protagonismo por su propiedades y prestaciones en términos de sostenibilidad y eficiencia. El sector debe abordar una nueva metodología y, muy especialmente, aproximarse a esto nuevos materiales con el foco puesto en la construcción de ‘green buildings’.

Como reconocía Johannes Rebhahn, “la industria maderera permite una aproximación holística, donde se incide desde el diseño hasta el transporte”. De hecho, el 48% del territorio austríaco es forestal, convirtiéndose en un ejemplo para el sector a nivel mundial.

Y en paralelo a las nuevas soluciones constructivas se une la tecnología para no solo mejorar la forma de edificar, sino conocer otros parámetros hasta ahora poco usados, como el ciclo de vida de la construcción o anticiparse a situaciones que vivirá el propio edificio, incluso antes de ser construido por medio de un gemelo digital. Tenemos información al alcance, incluso de experiencias que no han sucedido en el mundo real, convirtiendo el sector en una especie de ‘Minority Report’, gracias a la irrupción de la Inteligencia Artificial. No obstante, como apuntaba Martin Huber, “la tecnología acelera más que nuestra capacidad de adaptación”. 

Circularidad y reciclabilidad

Otro de los aspectos en los que se incidió durante el congreso es en la necesidad de reducir los residuos en construcción. La madera vuelve a posicionarse como el material menos agresivo para el planeta, ya que, permite su reciclabilidad y circularidad, ya que puede actuar como biomasa al final de su ciclo de vida. Pero en este escenario también debe tenerse una actitud crítica frente a otros elementos que se emplean en la edificación y que no solo ponen en riesgo el planeta, sino nuestra propia salud.

Precisamente, esta es una de las actividades de Recendt que, como explicó Stefan Zerobin, “la monitorización y la información o data permite una mayor optimización de los procesos. Mediante un espectrómetro se puede desgranar las características y categorización de los materiales y seleccionar los contaminantes en productos industriales”. Gracias a ello, se puede mejorar en su fabricación, reduciendo los elementos nocivos y desarrollar nuevos componentes más ecológicos, convirtiéndose en un aliado de los departamentos de I+D.

Un momento. ¿La reciclabilidad de los materiales está parametrizado? ¿Se puede garantizar sus prestaciones? Esto es lo que se cuestionó Marc Guido Höhne de Delta, que aboga por una certificación en el que se garantice la seguridad y la durabilidad de estos nuevos compuestos procedentes de la economía circular.

Durante la sesión se expusieron algunos de estos materiales innovadores para la construcción que pueden marcar el futuro del sector. Este el caso de Herz Armaturen GmbH que ha diseñado unas válvulas que mejoran la eficiencia en radiadores, incluso en los antiguos, lo que permitiría mantener los mismos equipos, reduciendo a su vez la generación de residuos. Otra de las innovaciones la presentó PackWall, una solución 100% reciclada para suelo, fabricado bajo los preceptos de la economía circular, ya que estos paneles entregan grandes resultados como aislamiento y como barrera acústica.

Un evento que concluyó con casos de éxito en territorio austríaco, erigiéndose como una de las regiones de referencia, tanto en desarrollo de soluciones industrializadas en el sector de la construcción, como principal exportador de sistemas que contribuyen a reducir la huella de carbono en todo el ciclo de vida de la construcción. En cierta manera, nos convertimos en espectadores de excepción de lo que nos deparará el futuro, o, mejor dicho, lo que está viniendo a apoyar nuestro presente.

Fuente: Portal Inter empresas

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