Paraguay elegido para un proyecto pionero que transforma biomasa forestal en valor climático e industrial
Paraguay lleva más de una década sentando las bases de un modelo productivo que apuesta por atraer inversiones extranjeras, fomentar el desarrollo industrial y diversificar su economía con foco en la sostenibilidad. Entre los sectores más dinámicos figura el foresto industrial, que en los últimos años aceleró su expansión a partir de nuevas plantaciones, crecimiento exportador e incorporación de tecnologías. Pero ese desarrollo también generó una consecuencia que hasta ahora no había encontrado respuesta: la acumulación masiva de residuos de madera sin canal de valorización. Ramas, aserrín, cortezas y otros subproductos se acumulan en volúmenes crecientes, desaprovechando un recurso con enorme potencial.
Ese escenario es el que motivó a dos compañías internacionales a asociarse para lanzar en Paraguay un ambicioso proyecto de descarbonización. Se trata de HaiQi Group, empresa tecnológica con sede en Asia y operaciones globales especializada en pirólisis de biomasa y captura de carbono, y FLS Group, firma europea con amplia experiencia en manejo forestal sostenible y desarrollo de activos de carbono certificados. Ambas compañías anunciaron la firma de un acuerdo estratégico de cooperación exclusiva para desarrollar en Paraguay una red de plantas industriales que transformen biomasa residual en productos clave para la transición energética y la economía verde.
Tecnología para convertir residuos en valor climático
El proceso tecnológico central que emplearán los proyectos es la pirólisis de biomasa, una técnica que consiste en calentar materia orgánica —como residuos forestales— en ausencia de oxígeno, provocando su descomposición térmica sin combustión. A partir de este proceso se generan varios productos sólidos y gases reutilizables, todos con aplicaciones industriales y beneficios ambientales concretos. El primero es el biochar, una forma de carbono sólido estable que, aplicado al suelo, mejora su capacidad de retención de agua y nutrientes, mientras actúa como un sumidero de carbono de muy larga duración. Esto significa que el carbono capturado por las plantas durante su crecimiento queda fijado en el suelo por siglos, contribuyendo de forma directa a mitigar el cambio climático. Por esta razón, el biochar es considerado una de las formas más confiables y medibles de remoción de carbono atmosférico.
Otro producto es el biocoke, un material energético que puede utilizarse como sustituto del coque fósil en industrias pesadas como la siderurgia o la producción de cemento. A diferencia del coque mineral, el biocoke proviene de biomasa renovable, tiene una menor huella de carbono y permite reducir significativamente las emisiones industriales. El tercer coproducto es el carbón activado, muy demandado por su capacidad de adsorción en aplicaciones como la purificación de agua, aire, gases industriales, alimentos o medicamentos. Su producción a partir de residuos forestales representa una forma eficiente de generar valor agregado en origen.
A esto se suma la posibilidad de utilizar los gases liberados durante la pirólisis para generar electricidad renovable, lo que abre la puerta a abastecer tanto las propias plantas como, potencialmente, la red eléctrica nacional.
Créditos de carbono certificados: un diferencial clave
Uno de los principales objetivos del proyecto es generar créditos de carbono certificados por remoción efectiva de CO₂, bajo estándares como los de la plataforma internacional Puro.earth. A diferencia de los créditos tradicionales basados en reducción de emisiones futuras, estos créditos se emiten únicamente cuando el carbono ya ha sido capturado y fijado de manera duradera, por ejemplo, a través del biochar incorporado al suelo.
Para cumplir con estos requisitos, los procesos deben ser altamente trazables, monitoreables, auditables y tecnológicamente consistentes. Esa fue una de las razones por las que FLS eligió trabajar con HaiQi, tras casi dos años de evaluación técnica y visitas a plantas en distintas partes del mundo. “La mayoría de los proyectos fracasan porque utilizan tecnología inestable o imprecisa, lo que impide cumplir con los estándares internacionales. Estamos convencidos de que HaiQi ofrece el nivel de rendimiento y fiabilidad que este tipo de iniciativas requiere”, explicó Giovanni Marastoni, jefe de análisis de FLS.
Un acuerdo exclusivo con impacto estratégico
El acuerdo entre HaiQi y FLS tiene una característica singular: es exclusivo para Paraguay. Ninguna de las dos empresas trabajará con otros socios en el país en lo relativo a pirólisis de biomasa mientras dure la cooperación. Esta decisión busca garantizar coherencia tecnológica, trazabilidad completa y una estrategia industrial unificada, que permita escalar con rapidez y alinearse con los mercados de carbono más exigentes. Según informaron las empresas, FLS será responsable del desarrollo, la financiación y la operación de las plantas, mientras que HaiQi suministrará la tecnología y el soporte técnico continuo para mantenimiento y optimización de los sistemas.
Por qué Paraguay: disponibilidad de biomasa, energía limpia y apertura inversora
Paraguay fue elegido como sede del proyecto por una combinación de factores. El país cuenta con más de 300.000 hectáreas de plantaciones forestales, 14,6 millones de hectáreas de bosque nativo y un sector en expansión sostenida, alentado por políticas públicas específicas. La nueva Política Forestal Nacional, liderada por el Instituto Forestal Nacional (INFONA), promueve la integración productiva, la innovación tecnológica y el uso eficiente de subproductos. Además, la matriz energética paraguaya es prácticamente 100% renovable, lo que refuerza el perfil ambiental del proyecto. A esto se suma un clima de inversión reconocido por su estabilidad macroeconómica, su apertura al capital extranjero y un régimen legal competitivo, que posiciona al país como una plataforma atractiva dentro del Mercosur.
Proyección de impacto: energía, empleo y posicionamiento global
Desde HaiQi destacaron que el proyecto busca generar beneficios económicos y ambientales tangibles. “Queremos contribuir al desarrollo industrial de Paraguay con soluciones escalables, creíbles y alineadas con la transición energética global. Además de producir biochar y energía limpia, vamos a generar empleos técnicos de calidad y oportunidades para comunidades locales”, afirmó Steven Su, CEO de la compañía. Para Alessandro Materni, socio gerente de FLS, la iniciativa tiene un alcance integral: “Este proyecto acompaña y refuerza cuatro objetivos estratégicos de Paraguay: generar demanda estable para el sector forestal, capturar carbono de forma permanente, diversificar la matriz energética y crear empleo. La pirólisis de biomasa puede convertirse en un pilar industrial de la nueva economía verde paraguaya”.
Fuente: Bio Economía
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