Revista FEDEMADERAS Edición 48
Por: Juan Miguel Vásquez
Director Ejecutivo Nacional FEDEMADERAS
Desincentivos para que la economía forestal sea eje de la bioeconomía nacional
Al escribir estas líneas llega a mi mente cierto espíritu de decepción, puesto que su contenido iba a ser expuesto como parte de una presentación dirigida a la señora Viceministra de Asuntos Agropecuarios del Ministerio de Agricultura de Colombia, en el marco de una reunión ordinaria del Consejo de la Cadena Forestal. Finalmente este espacio no sucedió por un aplazamiento unilateral, y debo comprender de fuerza mayor, aunque hasta la fecha nunca se volvió a convocar. Las mismas reflexiones parten de ilustrar una de dos alternativas, oportunidades que hoy vive la red forestal y de la madera en nuestro país; aciertan quienes comentan que una imagen dice más que mil palabras, juzguen ustedes mismos.
Aportar a la bioeconomía de este país, algo que hoy sin duda constituye parte no solo del interés nacional, sino del léxico empresarial, del legislativo y de gobiernos nacionales y subnacionales. Pero, ¿Cómo? ¿Desde qué sectores económicos? ¿Bajo qué estrategias? Cualquiera que sea la respuesta, sin duda es a partir de una apuesta nacional caracterizada más por incentivos y apuestas, que en ausencia de ellas. En nuestro caso y de manera cada día más preocupante, ya son dos años de gobierno nacional en donde se manifiestan más desincentivos que incentivos a la economía forestal, especialmente en la dirección de no renovar o detener el crecimiento de las plantaciones forestales comerciales. Y es que los resultados saltan a la vista. Colombia en los últimos 20 años ha crecido su patrimonio forestal a tasas promedio año de 13 mil hectáreas, es decir solo un 8.5% a las tasas de crecimiento que lo ha hecho Brasil, quien a su turno ha crecido a un 47% de las tasas de Estados Unidos. Unos países van en una dirección, leyendo las macrotendencias, entre tanto otros vamos mirando hacia más allá de las estrellas, divagando.
En términos del aprovechamiento de nuestra aptitud forestal, la subutilizamos en un 92,6% para el caso de las plantaciones forestales comerciales y en un 93,1% para los casi 100 núcleos de desarrollo forestal que podrían ser productivos desde nuestros bosques naturales. El resultado sigue manifestándose en una balanza comercial deficitaria desde hace más de 20 años, y cuyas cifras al cierre de 2023 significaban USD732 millones.
Te invitamos a leer la Edición No. 48
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