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¿Rascacielos de madera en los ‘skyline’?, la constructora que quiere cambiar el ‘statu quo’

Woodea nació en 2022 para solucionar el “trilema” de la construcción: productividad, impacto medioambiental y crisis habitacional. Cambiar el hormigón por madera y una manera diferente de trabajar le ha llevado a triplicar su facturación cada año.

La vivienda es actualmente el tema de conversación más recurrente en prácticamente cualquier ambiente. Mientras que el acceso a un hogar asequible se ha convertido en una quimera para los ciudadanos occidentales, especialmente en Europa; el sector se enfrenta a tres desafíos: productividad, impacto medioambiental y crisis habitacional.

“Ahora mismo la construcción tiene tres graves problemas. Uno es el de sostenibilidad, ya que este sector es uno de los más contaminantes. El segundo es que deberíamos estar construyendo más del doble de viviendas -el Banco de España estima que hay un déficit de entre unas 400.000 y 450.000 casas-. Y el tercero, necesitamos avanzar en la productividad de una industria que utiliza tecnología muy antigua. Seguimos construyendo casi como lo hacían los romanos”, explica Octavi Uyà, CEO de Woodea.

Esta joven constructora nació en 2022, precisamente, para intentar solucionar este “trilema”. “Nuestro gran objetivo es que se construya de una forma diferente, más sostenible”, apunta el CEO. Para ello, su aliado principal es la madera. “Aunque pueda parecer extraño, es la mejor solución para hacer rascacielos y esos edificios en altura residenciales que tanto necesitamos. En Europa ya hay ejemplos”. Y, sin embargo, la mayoría de estos inmuebles están construidos en hormigón, debido principalmente a los costes.

Woodea está logrando que construir en madera no sea más costoso para las promotoras. Para ello, intervienen desde la fase del diseño. “Hemos creado una plataforma de componentes, es decir, una biblioteca con un número limitado de ellos que, lejos de restringir, nos da la posibilidad de levantar prácticamente cualquier edificio. Es una idea similar a los Legos”, aclara Uyà. Además de la digitalización de todo el proceso, unas metodologías más colaborativas y una industrialización que, en palabras de Octavi, “es lo que nos va a permitir hacer edificios con alta calidad y a un precio menor al que se está haciendo ahora, además de solucionar otro gran problema de la industria: la mano de obra”.

En 2023, empezaron sus dos primeros proyectos: un edificio en Valencia para la compañía Zubi Cities y otro en Madrid para Distrito Natural. “Al principio solo nos venían dos tipos de promotoras: las muy creyentes en sostenibilidad y las grandes que querían adelantarse a la implementación de la nueva normativa de la UE”, recuerda el CEO. “Pero ahora que hemos conseguido igualar estos costes con el edificio tradicional, hemos tenido una explosión de propuestas”. Actualmente, tienen más de una veintena de proyectos encima de la mesa para analizar; estiman comenzar cuatro de ellos en los próximos seis meses. “Estamos haciendo un salto de escala, triplicando facturación cada año, y queremos continuar con ese ratio”, reconoce Uyà.

Arrancar una empresa de estas características a priori no parece tarea sencilla. “Cuando nacimos hicimos una ronda de inversión presemilla donde entraron business angels que nos podían ayudar mucho en el proyecto, más allá de la financiación inicial”, explica Octavi. Entre ellos, había profesionales de la industria de la construcción; desde estructuralistas de la madera, pasando por expertos en sostenibilidad y digitalización, e incluso un exvicepresidente de Ferrovial. “Hemos tenido desde nuestros inicios la ambición de tener impacto. Para ello, también necesitábamos acompañarnos de buenos bancos. En nuestro análisis aparecía Banco Santander. Nos entendieron muy bien desde el principio y eso que éramos una empresa nueva, que empezaba con una manera distinta de hacer las cosas”, apunta el CEO.

También impacto social

Esa filosofía de construir diferente y generar un impacto, también se traslada a lo social. Y es que no solo buscan disminuir la huella de carbono y aumentar la eficiencia energética, también quieren “que estas edificaciones sean un punto de encuentro y de interacción entre las personas que viven en esa comunidad”. Por ejemplo, en el proyecto valenciano podían ampliar alturas pero no edificabilidad. Lo solucionaron transformando el nuevo espacio en unos jardines interiores para que los vecinos tengan un área donde relacionarse.

Este componente social es un punto a favor de cara a las Administraciones públicas para aumentar el deficitario parque de vivienda asequible que tiene España. El Observatorio de Vivienda y Suelo, del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, situaba en 2023-2024 la vivienda social pública entre el 2,5 % y el 3,3 % del total, cuando el promedio europeo se encuentra en torno al 8%. El Banco de España estima que deben construirse unas 100.000 viviendas de este tipo para aproximarse a la media de nuestros vecinos. “La Administración tiene que demostrar que se puede hacer edificación con un componente social que llegue a coste”, añade Octavi.

Hablando del futuro, el CEO reconoce que “antes de salir al extranjero tenemos que consolidarnos como un actor de referencia en España”. Octavi Uyà apoya su afirmación con datos: “A día de hoy, el mercado de la construcción residencial genera 10.000 millones de euros y podría, a corto plazo, convertirse en uno de 25.000 millones. El Banco de España señala que deberíamos duplicar el número de viviendas que se están construyendo (de 100.000 a 250.000), porque es el número de hogares que se están creando en España cada año”.

En un momento donde la construcción tiene que ponerse las pilas y avanzar hacia la descarbonización, Woodea ha sido un soplo de aire fresco. “Obviamente, no pretendemos que todos los edificios sean de madera, pero sí una parte significativa para poder hacer un cambio hacia una sociedad más sostenible y que, al mismo tiempo, nos acompañe en esa industrialización que se necesita para aumentar la productividad y mejorar la calidad de vida de la gente que trabaja en el sector”, concluye Octavi Uyà.

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Fuente: El confidencial – Woodea

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