Comunicados de PrensaRepresentatividad

Comentarios proyecto de ley 309/2023C

Comentarios generales:
• Las aglomeraciones productivas se basan en ventajas competitivas en los territorios, razón por la cual la economía forestal se basa en diferentes especies y condiciones silviculturales disímiles entre regiones. La resolución 189 de 2019 del MinAgricultura, lineamientos de política para las
plantaciones forestales comerciales, así lo ha definido al basarse en estudios técnicos de la UPRA identificando especies, maderas y comercios para las regiones de Orinoquía, Andina, Eje Cafetero y Caribe, todas estas con características diferentes.
• Los encadenamientos productivos incluyen a la economía forestal a través de clústeres de sistemas agroforestales, los cuales como ha sido expuesto a las carteras ministeriales de Agricultura y Ambiente, desarrollan sistemas de reforestación, agroforestería y silvopastoriles mediante la inclusión de la economía popular con alianzas público-privadas-comunitarias.
• Soportado en el Conpes 3934 “Política de crecimiento verde”, se debe comprender la economía forestal, bien sea esta provista desde el bosque natural o desde los cultivos de plantaciones forestales comerciales, como parte de la bioeconomía. Los usos de la madera no se limitan al mobiliario, papel, cartón, madera rolliza, y tableros, entre otros productos tradicionales, sino que trasciende a la fabricación de textiles, fibras, celulosa, resinas, bioinsumos, bioproductos y energía. Sin embargo es extraño como y a pesar de la existencia del Conpes 4075 “Política de Transición energética”, el Ministerio de Minas y Energía entre 2022 y 2023 desarrolló una Hoja de Ruta de la Transición Energética Justa en Colombia que desconoce el empleo de la biomasa forestal como fuente para la producción de energías limpias. Máximo ello cuando en nuestro país existe una planta de 4Mw/h en Puerto Carreño y se construyen dos adicionales en los departamentos de Casanare y Valle del Cauca con capacidades de generación superior a los
24Mw/h. Así, la descarbonización de la economía y la transición energética debe contemplar desarrollos de clústeres para energías renovables.
• El Conpes 4021 “Política Nacional para el control de la deforestación y la gestión sostenible de los bosques” vincula la red forestal y de la madera con las actividades de contención de la deforestación del bosque natural. FEDEMADERAS considera que la mejor estrategia para este flagelo es incrementar los incentivos a las plantaciones forestales comerciales, pues con ello se disminuye la presión sobre la proveeduría de maderables a partir del bosque natural, la ilegalidad, conservando exclusivamente los modelos sostenibles a través de gobernanzas forestales, como pueden ser los 100 núcleos de desarrollo forestal que entre gobierno y cooperación internacional se han identificado en poco más de 260 mil hectáreas (ha).
• Sostenibilidad hoy implica pensar en generación de riqueza de triple valor, y para alcanzar desarrollo en lo ambiental, social y económico al mismo tiempo, se requiere pensar en modelos de bioeconomía basados en clústeres de industria. Los bosques proporcionan ese modelo siempre y cuando su tratamiento sea productivo y, con apoyo de esquemas silvopastoriles y agroforestales, sea integral en alianzas público-privadas-comunitarias protegiendo sus ventajas competitivas. Progresar en lo ambiental no es excluyente a hacerlo en lo social y lo económico.
• Colombia cuenta con 60 millones de ha de bosques, es el país más biodiverso del mundo por ha, pero su economía forestal solo aporta 0,89% al PIB y a nivel mundial provee menos del 0,1% del consumo de madera.
• Al año 2050 el mundo demandará 4.500 millones de m3 de madera, hoy el 50% se emplea para la producción de energías limpias y un 25% para construcción sostenible, lo cual exige que 117 millones de ha de plantaciones forestales comerciales se cultiven a una tasa de 2,3 millones de
ha cada año. Colombia podría proveer un 10% de ellas, lo que representaría ingresar a un mercado de USD279 billones equivalente al 90% del PIB nacional.
• Para hacerlo Colombia tiene la potencialidad de desarrollar 4 millones de ha bajo usos sostenibles del bosque natural con enfoques comunitarios y 7,5 millones de ha bajo cultivos de plantaciones forestales comerciales. La cooperación Alemana a través de la agencia GIZ en Colombia, en octubre de 2023 culminó un estudio que solo en los departamentos del Meta y Caquetá identificó una aptitud muy alta y alta de bosque natural para desarrollar núcleos de desarrollo forestal en 1,1 millones de ha, economías que desarrollan ingresos por hectárea 10 veces más que la actividad ganadera. A través de convenios de cooperación internacional Colombia ha identificado 100 núcleos de desarrollo forestal, 48 de ellos se encuentran en alguna fase de desarrollo en varias regiones del país y se avecina una proveeduría de maderas nativas sobre planes de manejo en 38 mil ha cuyo principal reto es el posicionamiento comercial. En cuanto a las plantaciones forestales comerciales, la UPRA identificó una alta aptitud de 7,5 millones de ha,
pero los cultivos actuales solo alcanzan las 542 mil ha, un 1% de las 54 millones de plantaciones de rápido crecimiento a través de las cuales se abastece el 21% de la madera mundial. Aquí el reto de Colombia es escalar la industria incipiente en la generación de energías limpias y el uso
de maderas para la construcción sostenible, pero para ello la proveeduría de materia prima debe superar espacios de incertidumbre e inseguridad jurídica.
• En virtud a lo anterior, las apuestas estratégicas intersectoriales que FEDEMADERAS ha identificado y desea consolidar como apuestas que integren la política rural, la política ambiental y la política de reindustrialización son:

  1. Clúster de construcción sostenible: producción, uso y demanda de madera semi estructural y estructural, a través del desarrollo industrial de tableros CLT (paneles contralaminados, inexistente en Colombia) en los proyectos de construcción urbana y rural. Colombia a 2030 tiene un requerimiento de 32 millones de unidades, las cuales podrían convertirse en una oportunidad para contribuir en la huella de carbono, edificaciones neto cero e incremento en la productividad laboral en el sector de la construcción.
  2. Clúster de energías renovables: cultivo y producción de energía a partir de cultivos de biomasa forestal, así como de la industria de pellets (carbón vegetal, inexistente en Colombia), contribuyendo a la descarbonización de la economía, a la recomposición de la matriz energética nacional y a la diversificación exportadora habida cuenta de altas demandas en Europa y Norteamérica.
  3. Clústeres de asociaciones agroforestales: desarrollo de modelos asociativos en agroforestería y silvopastoreo a través del cual se combinan modelos agrícolas de rápido rendimiento con reforestación de mediano y largo rendimiento. Agroindustrialmente existen beneficios en el
    desarrollo de mercados de servicios ecosistémicos, turismo de naturaleza, emprendimiento e investigación en viveros y genéticas.

• Para consolidar estas apuestas, la proveeduría de materia prima (madera) debe contar con certidumbre y seguridad, pues el desarrollo industrial desde las regiones es precedido por la existencia de esta proveeduría, que en algunos casos puede brindarse a través de contratos en participación, arriendos de tierras, inclusión de asociaciones de pequeños reforestadores, núcleos de desarrollo forestal o de inversión nacional y extranjera directa. Cualquiera que sea este instrumento de uso de la tierra, lo cierto es que y a diferencia de otro tipo de cultivos agrícolas de temprano rendimiento, la economía forestal es de tardío rendimiento y requiere para su desarrollo es escalamiento a través de extensiones de tierra que exceden las limitantes
de la Unidad Agrícola Familiar (UAF).
• En otras palabras, limitar el desarrollo de la economía forestal a una extensión dada por la UAF, con limitantes a la inversión nacional y extranjera, desconoce la realidad propia de esta red sectorial y la culmina al fracaso con sus consecuencias en los ámbitos sociales, ambientales y económicos, algunos de los cuales se han descrito anteriormente.

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