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Integridad de los mercados de carbono

El debate global sobre los mercados de carbono como una de las soluciones a la crisis climática es un tema borroso, enmarañado, bivalente y difícil de entender en foros no climáticos.  La integridad de los mercados de carbono es un asunto que pasa por las capacidades institucionales de los Estados y enfrenta los retos de la gobernanza. Por lo general estos instrumentos se aplican en territorios con dificultades para asegurar condiciones mínimas de bienestar humano o en sectores sumidos en la informalidad y el atraso tecnológico. 

4 áreas de trabajo para construir integridad en los mercados de carbono

Con el objetivo de compartir algunas ideas sobre lo que podría significar un mercado de carbono de alta integridad y la manera en cómo la región de América Latina y El Caribe pueden coordinar sus fuerzas de cara los retos por venir, a continuación comparto 4 áreas en las que se podría trabajar coordinadamente. Desde estas 4 áreas se pueden orientar las fuerzas de las organizaciones y grupos sociales interesados o impactados por los mercados de carbono:

1. Diferenciar con el mayor detalle posible cada elemento en el mecanismo de mercado y su funcionamiento

Llenar los vacíos conceptuales. Es clave definir los alcances en términos de actividades de mitigación, roles de los grupos de interés, responsabilidades en lo voluntario, obligaciones en lo regulado y arreglos de gobernanza del sistema. Llenar los vacíos conceptuales permite definir con precisión el incentivo, el castigo y las consecuencias dentro de un sistema que considera el mercado como una solución.  Hay que cuidar los detalles en la definición de las actividades de mitigación que generan reducciones, emisiones evitadas o remociones.  Estos conceptos sientan las bases de la naturaleza de la mitigación. Un impacto directo de esta línea de trabajo es la definición de la interoperabilidad de los múltiples mecanismos que existen bajo la denominación de “Mercados de Carbono” y sus posibles contabilidades.

El análisis cuidadoso de la naturaleza de la mitigación conduce al entendimiento del lugar geográfico en donde estas actividades acontecen. Principalmente aquellas relacionadas con la figura de propiedad, tenencia u ocupación del territorio. Esta es una conversación que parte de la técnica detrás de remover dióxido de carbono de la atmósfera o evitar que perdamos árboles que ofrecen el servicio de capturarlo y desemboca en un asunto fundacional. Es decir que la naturaleza del carbono se relaciona con la forma en que los grupos sociales habitan el territorio y los marcos legales que lo ordenan. Esto nos hace pensar en lo estratégico que es diferenciar la implementación de proyectos en territorios privados, públicos, baldíos o de tenencia colectiva. Esta diferenciación podría incidir constructivamente en la agenda de financiamiento climático en tanto se aclaran las interacciones de los mecanismos a partir de su adicionalidad, en lugar de incentivar una disputa de territorios, sectores o fuentes de financiamiento. Al final la disputa se traduce en desconfianza.

2. El esfuerzo es colectivo y solidario

Considerando que hay regulaciones a nivel global que exigen la trazabilidad a productos para estimar su contribución a la deforestación, como por ejemplo el mercado europeo. Es clave establecer un cuerpo de gobernanza en red  orientado a fortalecer la responsabilidad extendida de los productores de unidades de carbono certificadas. Los cambios en los patrones de consumo en sociedades preocupadas por los impactos al medio ambiente nos obligan a trascender de la idea de “si no hay regulación que lo exija, no hay obligación de hacerlo” o “si no hay salvaguardas que aplicar, no se aplica ninguna”. La ausencia o poca claridad en un lineamiento técnico no debería eximir al productor de la implementación de acciones que aseguren la calidad y alta integridad de las unidades de carbono certificadas como recurso de protección al consumidor interesado en su uso para compensar emisiones. Dos preguntas orientadoras para ese cuerpo de gobernanza en red serían: ¿qué significa alta integridad en los mercados de carbono? ¿Cómo pueden los productores de unidades contribuir al desarrollo de un paquete de principios, prevención de conflictos de interés, salvaguarda de los derechos humanos y aseguramiento de la calidad en términos de integridad ambiental?

3. Abordar las críticas y los cuestionamientos como estrategia de mejora continua

Las críticas que recaen sobre los mercados voluntarios son muy serias. En la región de América Latina y El Caribe se han enfocado en el sector de usos del suelo y revisten una alta complejidad para los gobiernos, pues parten desde las necesidades de regulación para proteger a los ciudadanos y a los ecosistemas. Estas críticas no deberían abordarse desde una actitud contestaria o enfocada en desvirtuar la crítica o la denuncia. La búsqueda de soluciones debería abordarse desde la mejora continua y la prevención de nuevos incidentes o actos arbitrarios. La consolidación de todas las denuncias y un análisis meticuloso permitirá atenderlas de manera transparente con una perspectiva de prevención, precaución y no repetición. Es clave que en los casos en donde se evidencian fallas graves como vulneración de derechos, información falsa o fraude se difundan abiertamente. Una acción decidida desde los actores del mercado voluntario frente a los malos proyectos sentaría las bases de una acción y control no necesariamente públicos. Esta instancia debería tener la capacidad de ser proactiva en el análisis y denuncia de casos atípicos.

4. El trabajo de un cuerpo de gobernanza en red debe ser organizado, transparente y capaz de distribuir sus fuerzas y asegurar independencia

Una gobernanza policéntrica que utilice como instrumento aglutinador la gestión del conocimiento y de la información imparcial y transparente. Esto sentaría las bases para la toma de decisiones basada en ciencia y con perspectiva de mejora continua. Pensar una gobernanza basada en datos que ofrezca información en tiempo real sobre los mercados de carbono más allá de los registros de mitigación. Una red de organizaciones que pongan en el centro la seguridad humana y la integridad ambiental podría coordinar sus fuerzas en 4 grupos de trabajo:

  • Integridad social del carbono. En este grupo se podrían abordar temas como la contribución real al desarrollo sostenible, la aplicación y operación de sistemas de salvaguardas, la definición de criterios de excelencia en transparencia y participación pública, los protocolos para la atención a denuncias y los sistemas de gobernanza. Un resultado de este grupo de trabajo puede ser un código de conducta vinculante y un mecanismo que en caso de incumplimiento active la denuncia.
  • Aseguramiento y control de la calidad. Un segundo grupo de trabajo enfocado en evaluar los procesos de validación, verificación y certificación de las unidades. Con una subdivision de identificación, seguimiento y registros. Este grupo debería tener la posibilidad de analizar la naturaleza legal, cadena de custodia y diferenciación de tipos de unidades según su origen por actividad de mitigación. Es clave que se diferencien cada uno de estos procesos y se haga explícito el conflicto de interés en el caso de organizaciones que desempeñen más de un rol a lo largo de estos procesos. Por ejemplo validar líneas de base, verificar la implementación de actividades y registrar las unidades reviste una alta posibilidad de conflicto de interés. Definir fronteras por unidades de negocio, procesos y tipos de organización ayudaría a que se genere mayor confianza en las unidades como producto financiero.
  • Acción climática sólida es cuestión de adicionalidad e integridad ambiental. Un tercer equipo podría centrar su atención en adicionalidad, líneas de base creíbles y realistas, control de calidad y alto desempeño en el desarrollo de protocolos y metodologías para la cuantificación. La región de América Latina y el Caribe puede ser pionera en procesos de innovación y desarrollo de nuevas metodologías, caracterización de depósitos de carbono, aplicación de reglas de contabilidad, permanencia y prevención de fugas. Este equipo necesariamente debe tener una vocación científica orientada a la innovación y desarrollo de métricas cada vez más precisas. Es clave evitar el uso de metodologías que están a portas de expirar o de ser revisadas a profundidad como las del MDL. De igual manera evitar el uso de metodologías poco claras que generan confusión y dificultan el entendimiento en relación a cómo se genera la mitigación.
  • Una contabilidad sin dobleces ni duplicidades. Un cuarto grupo de trabajo que aborde los asuntos de doble contabilidad, emisión, registro, reclamo y cancelación en favor de más de un objetivo de mitigación. Acá lo clave es observar las decisiones que se han tomado en la CMNUCC bajo el Artículo 6 desde Glasgow hasta ahora, así como los lineamientos de CORSIA en términos de contabilidad.
  • Autoevaluación y autogestión. Finalmente un equipo destinado a evaluar a los programas de certificación de unidades, sus juntas directivas, gerencias, descifrar los posibles conflictos de interés, asegurar la transparencia en las políticas y mecanismos de gobernanza de todas las organizaciones que participan de estos procesos en la región. Este ejercicio permitiría que la región pueda conocer su propio benchmark y definir en consenso lo que significa un programa de certificación de alta calidad y confiabilidad así como un mercado de alta integridad en América Latina y el Caribe. De igual manera la autoevaluación y la autogestión permitirían a los programas de certificación definir focos de interés en términos de qué tipo de política pública, población o sector apoyan y cómo contribuyen a la co-gobernanza del territorio o sector en que se especializan. Tener programas, metodologías y organizaciones que hacen de todo y sirven para todo es muy poco estratégico, confuso y desorganizado.

Los muchos tipos de mercados de carbono se enfrentan durante la segunda mitad de la actual década el reto de crear confianza y transparencia. Dos elementos que constituyen la integridad de los mercados de carbono en lo social y ambiental. Un buen mantra para un sector que no termina de consolidarse sería: “Moderar la expectativa de cuantiosas ganancias económicas y enfocar sus capacidades en las transformaciones más urgentes”.

Fuente: Por Sebastián Carranza, en Climate for People.

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