La UE prohíbe importar madera, soja o caucho si causa deforestación en origen
El Parlamento Europeo aprobó este 19 de abril una ley pionera para evitar que las importaciones en la Unión Europea de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate generen deforestación en terceros países.
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El Parlamento aprueba una nueva ley para luchar contra la deforestación mundial
Para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, la nueva ley obliga a las empresas a garantizar que sus productos no han provocado deforestación ni degradación forestal.
Aunque no se vetará a ningún país ni materia prima, las empresas solo podrán vender productos en la UE si el proveedor de los mismos ha emitido una declaración de «diligencia debida». Esta deberá certificar que el producto no procede de tierras deforestadas ni ha provocado degradación forestal, tampoco de bosques primarios irremplazables, después del 31 de diciembre de 2020.
Tal y como solicitó el Parlamento, las empresas también tendrán que demostrar que estos productos cumplen la legislación correspondiente del país productor, incluida la relativa a los derechos humanos, y que se han respetado los derechos de los pueblos indígenas afectados.
Productos incluidos en la ley
Los productos que cubre la nueva legislación son: el ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja y la madera, así como los productos que contengan, se hayan alimentado de o se hayan fabricado con estas materias primas (como el cuero, el chocolate y los muebles), tal y como figuraban en la propuesta original de la Comisión. Durante las negociaciones, la Eurocámara consiguió añadir el caucho, el carbón vegetal, los productos de papel impreso y una serie de derivados del aceite de palma.
El Parlamento también consiguió incluir una definición más amplia de degradación forestal que incluye la conversión de bosques primarios o bosques de regeneración natural en plantaciones forestales o en otras superficies boscosas.
Controles en función del riesgo
La Comisión clasificará los países, o partes de ellos, como de bajo, medio o alto riesgo mediante una evaluación objetiva y transparente en un plazo de dieciocho meses a partir de la entrada en vigor del reglamento. Los productos procedentes de países de bajo riesgo estarán sujetos a un procedimiento simplificado de diligencia debida. La proporción de controles que se realizarán a los operadores dependerá del nivel de riesgo del país: 9% para los países de alto riesgo, 3% para los de riesgo medio y 1% para los de bajo riesgo.
Las autoridades competentes de la UE tendrán acceso a la información pertinente facilitada por las empresas, como las coordenadas de geolocalización, y realizarán controles con ayuda de herramientas de seguimiento por satélite y análisis de ADN para comprobar de dónde proceden los productos.
Las sanciones por incumplimiento deberán ser proporcionadas y disuasorias, y la multa máxima deberá ser de al menos el 4% del volumen de negocios anual total en la UE del operador o comerciante infractor.
La nueva ley fue aprobada por 552 votos a favor, 44 votos en contra y 43XX abstenciones.
Declaraciones del ponente
A la salida de la votación, el ponente del texto, Christophe Hansen (PPE, Luxemburgo), hizo las siguientes declaraciones: «Los estantes de nuestros supermercados se llenaban muy a menudo con productos cubiertos por las cenizas de las selvas tropicales calcinadas y los ecosistemas irreversiblemente destruidos, que además habían acabado con los medios de subsistencia de las poblaciones indígenas. Esto sucedía en demasiadas ocasiones sin que los consumidores fueran conscientes. Me tranquiliza saber que los consumidores europeos ya no serán cómplices involuntarios de la deforestación cuando se coman una chocolatina o disfruten de un merecido café. La nueva ley no solo es clave en nuestra lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, sino que también debería sacarnos del punto muerto que nos impide estrechar las relaciones comerciales con países que comparten nuestros valores y objetivos medioambientales».
Próximos pasos
El texto requiere ahora la ratificación del Consejo. A continuación, se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor veinte días después.
Antecedentes
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calcula que 420 millones de hectáreas de bosques, una superficie mayor que la de la UE, pasaron a utilizarse para fines agrícolas entre 1990 y 2020. El consumo de la UE representa alrededor del 10% de esta deforestación mundial. El aceite de palma y la soja constituyen más de dos tercios de esta cifra.
En octubre de 2020, el Parlamento recurrió a la prerrogativa que le confiere el Tratado para pedir a la Comisión que presentara legislación para frenar la deforestación mundial impulsada por la UE. El acuerdo con los países de la UE sobre la nueva ley se alcanzó el 6 de diciembre de 2022.
Al adoptar esta legislación, el Parlamento responde a las expectativas de los ciudadanos respecto al refuerzo de la gestión responsible de las masas forestales para proteger y restaurar la biodiversidad, tal y como recogen las propuestas 5(1), 11(1), 1(1) y 2(5) de las conclusiones de la Conferencia sobre el Futuro de Europa.
Fuente: Parlamento Europeo
La UE prohíbe importar madera, soja o caucho si causa deforestación en origen
El Parlamento Europeo aprobó hoy una ley pionera para evitar que las importaciones en la Unión Europea de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate generen deforestación en terceros países.
«Es esencial, dado que la UE es uno de los principales importadores de productos agrícolas que generan deforestación», declaró en las redes sociales la eurodiputada ecologista finlandesa Heidi Hautala después de que la Eurocámara validase el reglamento por 552 votos a favor, 44 en contra y 43 abstenciones.
La nueva normativa, que aún debe ser ratificada formalmente por el Consejo de la UE, pretende abordar el problema que supone la pérdida de masas forestales, ya que cada año se destruyen en el mundo 10 millones de hectáreas de bosques, según datos de la ONU, lo que equivale a un territorio más amplio que Portugal.
Se calcula que entre 1990 y 2020 el planeta ha perdido una superficie forestal equivalente al territorio que ocupa la Unión Europea, y el consumo dentro de la UE es responsable del 10 % de esa forma de degradación medioambiental que implica pérdida de biodiversidad y acelera el cambio climático, según datos del Consejo de la UE.
La nueva ley comunitaria abarca al ganado, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja, la madera y el caucho, incluidos los productos que contienen, han sido alimentados o se han fabricado con estos, como el cuero, el chocolate o los muebles, así como el carbón vegetal, productos de papel impreso y una serie de derivados del aceite de palma.
Rastreo, controles y sanciones
Las empresas que importen estas materias y productos derivados en la Unión Europea tendrán que rastrear su origen y emitir una declaración de diligencia debida que garantice que no han causado deforestación en sus lugares de origen respecto a los valores existentes a fecha del 31 de diciembre de 2020.
Esto incluye no sólo la deforestación, sino también la degradación forestal que supone la transformación de bosques primarios en bosques plantados.
Las compañías tendrán que aportar a las autoridades competentes en la UE información sobre sus importaciones, tales como las coordenadas de geolocalización de la producción, y estarán sujetas a inspecciones y controles que podrán ir desde los análisis de ADN hasta la vigilancia vía satélite.
Transcurridos 18 meses desde la entrada en vigor del reglamento, hacia finales de 2024, la Comisión elaborará una clasificación de los países de origen de los productos según presenten un riesgo bajo, medio o alto, que determinará la frecuencia de los controles.
En el caso de los países de alto riesgo, los Estados miembros de la UE tendrán obligación de verificar el 9 % de las importaciones.
Las sanciones por incumplimiento podrán llegar hasta el 4 % de la facturación total en la UE de las empresas que incumplan la normativa.
Los importadores tendrán que asegurarse además de que en el proceso de obtención y elaboración de esas materias primas y productos derivados se respetan los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas.
Un año después de la entrada en vigor de la normativa, a más tardar, la Comisión Europea evaluará si el reglamento debe extenderse también a otras tierras boscosas con menos densidad arbórea (como El Cerrado de Brasil o El Chaco de Argentina).
Y antes de dos años Bruselas estudiará si debe de ampliarse a otros ecosistemas y materias primas como el maíz o las carnes de cerdo, cabra, oveja y aves de corral.
Escena internacional
La normativa podría afectar al desarrollo del acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) firmado en 2019 tras veinte años de negociación pero bloqueado sin ser ratificado aún.
Francia, una de las grandes potencias agrícolas de la UE y tradicionalmente opuesta al acuerdo, teme que el aumento de intercambios con esos países latinoamericanos que exportan productos agrícolas genere más deforestación, como auguran varias plataformas ecologistas.
Según la ONG medioambientalista Greenpeace, si China, India, Estados Unidos y Japón aprobasen medidas similares a la normativa adoptada por la UE se podría acabar con el 75 % de la deforestación mundial. EFE
Fuente: Portal Swissinfo
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