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Paul McMahon, de SLM Partners, explica por qué la silvicultura de cobertura continua es superior a la silvicultura rotacional en cuanto a almacenamiento de carbono, biodiversidad y rentabilidad

Europa necesita que sus bosques eliminen más carbono de la atmósfera si quiere cumplir los objetivos de cambio climático para 2050 y más allá. Pero la tendencia va en la dirección equivocada: los bosques europeos están almacenando menos carbono que nunca. Al mismo tiempo, la sociedad quiere que sus bosques ofrezcan una biodiversidad más rica, agua más limpia, más oportunidades recreativas, hermosos paisajes, sin dejar de generar beneficios.

Los silvicultores están sintiendo la tensión a medida que son arrastrados en diferentes direcciones. ¿Hay alguna manera de equilibrar estas demandas contrapuestas?

El enigma del carbono forestal

Europa posee una vasta base de recursos forestales. La UE y el Reino Unido tienen un total de 183 millones de hectáreas de bosques y tierras boscosas, que cubren más del 40 % de la región. Los bosques son sumideros naturales de carbono, ya que extraen dióxido de carbono del aire a través de la fotosíntesis y lo almacenan en la madera, las hojas, las raíces y el suelo.

En 2022, los bosques de la UE y el Reino Unido eliminaron el equivalente a 308 millones de toneladas de CO2. Sin embargo, la cantidad de carbono eliminado por los bosques ha disminuido rápidamente. En la UE, la tasa anual de absorción de carbono forestal ha disminuido en alrededor de un tercio desde 2013. La situación es aún más extrema en países como Irlanda, donde el sector forestal pasará de ser un sumidero de carbono a un emisor neto en 2035. La silvicultura irlandesa se enfrenta a un «precipicio de carbono».

El problema se debe en parte a la disminución de las tasas de forestación: simplemente no estamos plantando suficientes árboles. Pero también es causada por la forma en que gestionamos los bosques. El sector forestal en Europa está dominado por bosques de edad uniforme con un número limitado de especies de árboles que se cultivan hasta una cierta edad, se talan y luego se replantan en un sistema de rotación. Cuando los bosques se talan, se liberan grandes cantidades de carbono de los árboles y los suelos, y los bosques replantados artificialmente tardan décadas en volver a crecer.

Estos bosques de monocultivo son más vulnerables a plagas, enfermedades y climas extremos. Por ejemplo, entre 2018 y 2020 Alemania perdió medio millón de hectáreas de árboles (el 2% de su superficie forestal total) a causa de un escarabajo de la corteza del abeto causado por la sequía. Además, la silvicultura rotativa es baja en biodiversidad y valor recreativo, e impopular entre la población local.

En respuesta, ha habido un cambio creciente hacia el establecimiento de bosques nativos o la resilvestración, lo que permite que la naturaleza reclame las antiguas tierras agrícolas. Si bien son excelentes para la biodiversidad, estos bosques de crecimiento lento almacenan menos carbono que las coníferas de crecimiento rápido o los bosques comerciales mixtos y producen poca o ninguna madera aprovechable.

Esto es importante porque la madera es una alternativa baja en carbono a los materiales basados en combustibles fósiles como el hormigón, el acero, el petróleo y los plásticos. Según una investigación de la Comisión Forestal del Reino Unido, los bosques nativos o las áreas reforestadas secuestran menos de la mitad del carbono por hectárea durante un siglo en comparación con los tipos de bosques de crecimiento más rápido.

Repensar la gestión forestal

Una nueva investigación ha puesto de relieve una alternativa viable tanto a la silvicultura rotacional como a la resilvestración: la silvicultura de cobertura continua (CCF). También conocida como silvicultura «cercana a la naturaleza» o «regenerativa», la CCF mantiene una cubierta forestal permanente evitando la tala rasa y la tala selectiva de árboles individuales, al tiempo que promueve la regeneración natural. Este enfoque crea una mezcla diversa de especies y edades, desarrollando gradualmente una estructura forestal más compleja. El objetivo final es equilibrar los resultados sociales, ambientales y económicos.

El CCF ofrece una fuerte resiliencia ambiental, con estudios que demuestran que mejora la capacidad de los bosques para resistir tormentas, plagas y enfermedades. Desde el punto de vista económico, a menudo supera a los enfoques tradicionales. Las investigaciones realizadas en el Reino Unido, Finlandia, Alemania, Irlanda y Croacia muestran que el CCF generalmente produce rendimientos financieros más altos que la silvicultura rotativa.

Además, los bosques gestionados con CCF tienen mayores reservas de carbono y evitan la pérdida de carbono que se produce con los eventos de tala rasa. Por ejemplo, el modelo de la cartera forestal irlandesa de SLM Partners reveló que la adopción de CCF podría secuestrar 110 toneladas más de CO2 por hectárea que la silvicultura rotativa estándar durante un período de 20 años.

A su vez, esto podría generar 164.614 créditos de carbono bajo la metodología mejorada de manejo forestal de Verra, en las 1.763 hectáreas encuestadas. Al precio actual del mercado europeo para los créditos voluntarios de carbono forestal, esto equivale a 8 millones de euros (9,1 millones de dólares).

Ampliación del marco de cooperación con el país

Se estima que el CCF se utiliza en el 22-30% de los bosques de producción de Europa. No es un concepto nuevo, ya que surgió por primera vez en lugares como Alemania, Suiza, Austria y Eslovenia, donde los silvicultores lidiaron con el bajo rendimiento de las plantaciones forestales y el daño generalizado del viento a principios del siglo XX. Se está extendiendo a otras partes de Europa y ahora está respaldada por las políticas forestales nacionales de muchos países, como la Ley de Restauración de la Naturaleza de la UE y la Estrategia Forestal de la UE para 2030.

Los propietarios e inversores forestales pueden desempeñar un papel en la ampliación de la gestión forestal que beneficie la producción de madera, el carbono y la biodiversidad. Pero plantar bosques no es suficiente; La forma en que se gestionan los bosques es importante. Si bien la silvicultura rotacional puede adaptarse a la industria maderera a corto plazo, la silvicultura de cobertura continua ofrece mayores rendimientos a largo plazo y una mayor resiliencia a través de bosques diversos y multifuncionales.

Fuente: ESG Investor

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