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Centro de medicina comparada y bioimagen

El nuevo Centro de Medicina Comparada y Bioimagen alberga un centro de investigación de primer orden. Un centro de investigación basado en criterios éticos de investigación, complejidad técnica y funcional y prestaciones de confort resueltas de forma eficiente y sostenible, teniendo muy en cuenta su relación con el medio ambiente.

La integración paisajística se aborda mediante la implantación del volumen en la topografía, la definición de una geometría orgánica y su materialidad, así como la naturalización de los espacios exteriores. El desnivel del terreno comparte frontera con el bosque en la cota más alta del campus universitario. Este desnivel se aprovecha para generar un edificio topográfico que conecta los diferentes niveles a la vez que define su programa internamente, haciendo que el edificio parezca lo más pequeño posible. De esta manera las plantas de investigación, que requieren condiciones climáticas estables, se ubican prácticamente bajo tierra, ocultas y protegidas por una superficie vegetal. El volumen compacto formado por aristas redondeadas, se integra con el paisaje circundante a través de una concavidad curvilínea que se extiende a través de la plaza de acceso y una fachada exterior orgánica de madera.

El complejo programa funcional y los requerimientos técnicos se abordan generando dos niveles de acceso. Estos dos niveles separan la entrada de personas de la de usos logísticos, generando simultáneamente dos áreas funcionales: el Área Administrativa y el Área Científico-Técnica. Asimismo, esta estratificación de usos por niveles, permite separar las actividades científicas de las de mantenimiento, garantizando así el óptimo funcionamiento del centro y unos estrictos requisitos de contención biológica. Como resultado, se construyó una planta técnica dedicada al Área Científico-Técnica, donde se puede acceder a todos los servicios sin interferir en las actividades científico-docentes.

Con el propósito de minimizar las emisiones de CO2 durante la construcción del edificio, se ha optado por el uso de materiales de poca huella ecológica. La envolvente se ha construido mediante un sistema modular de entramado ligero de madera, celulosa insuflada, aislamiento exterior de madera explosiva y revestimiento de alerce sin tratar por encima de los 3,5m e ignifugado en su base. Se opta por la prefabricación –también para la estructura portátil- para garantizar una mayor calidad, el uso del mínimo material posible y acelerar al máximo el proceso constructivo.

Un diseño compacto, que reduce la superficie expuesta a la radiación solar, con fachadas y cubiertas de elevadas prestaciones térmicas que se equipa con sistemas de climatización con recuperación de energía y caudal de aire variable (cuyo régimen de funcionamiento se adapta a las demandas reales, por sondas de NH3 y CO2), bombas, motores y circuitos secundarios de elevada eficiencia, sistemas de iluminación artificial eficientes y regulables; entre otros. Un depósito de 250m2 para la recuperación y gestión de agua pluviales para uso sanitario y riego, junto con la implantación de equipos sanitarios y sistemas eficientes representan también una reducción significativa de la demanda hídrica respecto a un edificio de referencia.

Este Centro de Investigación y Medicina Comparada y Bioimagen fue desarrollado por COMA Arquitectura, Estudio Calderón-Folch, Mario Nahra, Sarsanedas Arquitectura

Fuente: ArchDaily

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